Aunque Francia se encuentra entre los países más protectores del mundo en cuanto a cobertura sanitaria, los niños con ciertas enfermedades raras o graves tienen pocas o incluso nulas posibilidades de recuperación debido a la falta de tratamientos específicos para ellos. ¿Cómo podemos aceptar que todo un segmento de la sociedad sea ignorado por la falta de desarrollo de tratamientos adaptados a esta población, por razones puramente económicas? Esta pregunta motivó el compromiso de Marie Recalde.
Ante esta legítima indignación, el diputado aceptó presentar un proyecto de ley destinado a establecer un programa de apoyo a la innovación terapéutica contra los cánceres, las enfermedades raras y las enfermedades huérfanas en los niños.
Cada año, más de 500 niños y adolescentes mueren por cáncer pediátrico. Es la principal causa de muerte por enfermedad en Francia y Europa. El desarrollo de tratamientos específicos para niños, sobre todo en casos graves, sigue siendo claramente insuficiente.
Si bien la disponibilidad de medicamentos para niños ha mejorado en algunas áreas terapéuticas gracias a la regulación pediátrica europea, estos avances positivos a menudo siguen vinculados a la evolución del mercado para adultos.
Por lo tanto, los niños solo se benefician de los avances terapéuticos cuando las necesidades de los adultos o las expectativas del mercado coinciden con las necesidades pediátricas. Marie Recalde se niega a que el desarrollo pediátrico dependa únicamente de las estrategias contables de las grandes compañías farmacéuticas.
El proyecto de ley propuesto por Marie Recalde prevé un pequeño impuesto sobre los ingresos de las compañías farmacéuticas que comercializan medicamentos financiados por el seguro nacional de salud. Los ingresos de este impuesto se destinarían a un fondo de inversión dedicado a financiar nuevas empresas de medicamentos pediátricos, con especial atención al cáncer y a las enfermedades raras e incurables, o con mal pronóstico.